«¡Hacia ti ruedo, destructiva e inconquistable ballena, lucho contigo hasta el fin; te acuchillaré desde el centro del infierno, escupiéndote mi aversión con mi postrer suspiro! ¡Hunde todos los ataúdes y sarcófagos en una misma laguna, y como yo no he de tener ninguno, remólcame hasta hacerme pedazos, siempre en pos de ti, aunque sea atado a ti, ballena maldita!»
Melville, Herman. Moby Dick. Madrid: Alianza / El País, vol II, 2004, p. 370.